Los dioses hawaianos nublan la vista de la astronomía mundial

Las protestas contra el TMT cierran durante semanas algunos de los telescopios más potentes del planeta y evitan descubrimientos científicos

Municipiosur.com
Agencias

Dos grandes noticias astronómicas han saltado a las portadas y telediarios en los últimos tiempos: la primera imagen de un agujero negro y la observación del primer cuerpo interestelar llegado desde fuera de nuestro sistema solar, la misteriosa roca Oumuamua. En estos dos hitos científicos tuvieron un papel determinante los observatorios hawaianos, los telescopios ubicados en las cumbres más altas de estas islas del pacífico. Pero desde hace casi cuatro semanas está parada toda la ciencia astronómica en Mauna Kea, la cumbre más alta de Hawái. El 16 de julio, los manifestantes contrarios a que se construya allí el Telescopio de Treinta Metros (TMT) bloquearon el acceso a esa cumbre. Y desde entonces, los 13 aparatos de la montaña sagrada de los nativos ni analizan agujeros negros, ni localizan asteroides peligrosos, ni buscan nuevos planetas habitables. Multiplicando el tiempo perdido entre los 13 instrumentos de observación, los científicos hablan de un año de trabajo científico tirado a la basura.

«La interrupción de las operaciones en Mauna Kea ha tenido un impacto perjudicial significativo en la productividad científica», explica a EL PAÍS Jennifer Lotz, directora del Observatorio Gemini, de los mayores telescopios de su clase, con un espejo de ocho metros y un instrumental especializado en capturar en detalle planetas lejanos. Gemini es un proyecto que consta de dos telescopios gemelos en cada hemisferio (uno en Hawái y otro en el cerro Pachón, en Chile) para trabajar en común para observar todo el cielo. Ahora está tuerto. «La ciencia afectada negativamente abarca desde el sistema solar hasta los cuásares distantes», lamenta. En algunos casos, se trata de ocasiones perdidas para siempre.

Porque la astronomía moderna se hace en red, conectando los datos de unos telescopios con otros para obtener una información o imagen de mayor calidad y precisión. Por eso esta protesta no está perjudicando solo a los 500 científicos que trabajan en los 13 telescopios que allí se ubican: hay cientos de proyectos en todo el mundo que dependían, en mayor o menor medida, de esas observaciones frustradas.