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El oxígeno es vital para una importante parte de la vida tal como la conocemos, pero además su abundancia o escasez en la atmósfera de un planeta puede determinar si es viable o no la existencia en él de vida inteligente y tecnológicamente avanzada. Esta es la conclusión a la que se ha llegado en un nuevo estudio, donde además se examinan detalladamente cada una de las circunstancias plausibles de esa hipotética civilización a partir del nivel de oxígeno.
El estudio lo han realizado Amedeo Balbi, de la Universidad de Roma Tor Vergata en Italia, y Adam Frank, de la Universidad de Rochester en Estados Unidos.
«En nuestro estudio, hemos explorado qué composiciones atmosféricas serían compatible con la presencia de tecnología avanzada», afirma Balbi. «Hemos descubierto que los requisitos al respecto pueden ser bastante estrictos».
Frank y Balbi plantean que, más allá de necesitarse para la respiración y el metabolismo en los organismos multicelulares, el oxígeno es crucial para disponer de fuego, y que usar el fuego es un sello distintivo de una civilización lo bastante tecnificada.
En la Tierra, el desarrollo de la tecnología más allá del nivel básico exigió una buena capacidad de hacer fuego a voluntad y controlarlo también a voluntad. Para esta combustión al aire libre, se necesita combinar un combustible (madera, carbón o cualquier cosa que arda) y un oxidante (normalmente oxígeno). La combustión ha sido la fuerza motriz de las sociedades industriales, ya sea para cocinar, forjar metales para estructuras, fabricar materiales para viviendas o destinar a otros usos la energía liberada por la quema de combustibles.
Rastreando la historia de la Tierra, los investigadores descubrieron que el uso controlado del fuego y los consiguientes avances metalúrgicos solo eran posibles cuando los niveles de oxígeno en la atmósfera alcanzaban o superaban el 18%. Esto significa que solo en los planetas con concentraciones significativas de oxígeno será factible que se desarrollen tecnosferas avanzadas (entornos con estructuras o modificaciones artificiales que emiten señales reveladoras de su carácter artificial (tecnofirmas). Por tanto, un nivel de oxígeno de al menos el 18% en un planeta con suficientes condiciones de habitabilidad, lo sitúa como un claro candidato a albergar una civilización bastante tecnificada.
Los niveles de oxígeno necesarios para sustentar biológicamente la vida compleja y la inteligencia no son tan altos como los necesarios para la tecnología avanzada, de modo que, aunque una especie pueda surgir en un mundo con poco oxígeno o ninguno, e incluso evolucionar hasta cierto nivel de inteligencia, no podrá convertirse en una especie tecnificada, según los autores del estudio.
Se trata del «cuello de botella de oxígeno», un término acuñado por los investigadores para describir el umbral crítico que separa los mundos capaces de albergar civilizaciones tecnificadas de los mundos incapaces de ello. Es decir, el nivel de oxígeno marca un cuello de botella que impide la aparición de tecnología avanzada en los mundos donde ese elemento químico no es lo bastante abundante.
La investigación, que aborda una faceta hasta ahora poco explorada en la búsqueda de vida inteligente en el cosmos, subraya la necesidad de dar prioridad a los planetas con altos niveles de oxígeno a la hora de buscar tecnofirmas extraterrestres.
Con información de: Noticias de la Ciencia
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