
Por Florencia Basulto Nelsón
Municipiosur.com
Durante el encuentro de petroleros y el Secretario de Gobernación Adán Augusto López, tuvo lugar un hecho desagradable cuando la doctora María E. Oloarte, quien no es del gremio, se subió al estrado para tomarse una selfie con el presidenciable, “Ahora es Augusto”, quien como se puede ver en el video, tuvo que reconvenirla para que no estorbara el camino de las personalidades asistentes que salían del recinto, de trabajadores que también querían la foto del recuerdo y de los chicos de la prensa que cumplían con su labor. Oloarte Ambrosio, quien en dos ocasiones ha abandonado el partido Morena al no obtener las candidaturas que pretendía, porque perdió la elección cuando le dieron la oportunidad, estuvo acompañada de doña Eneida Sánchez, quien gozó de las mieles del poder cuando tuvo poder financiero en la administración de don Amado Guzmán al que traicionó para lograr puestos en la Comisión del agua potable y después se olvidó que era administradora de la Cruz Roja para buscar al igual que Oloarte una posición política en el equipo del transportista del PRI PAN PRD, quien sigue en prisión. Eneida es imagen viva de la decadencia de una clase social movida solo por las mieles de la política, noble actividad que con el tiempo ha perdido sus bondades, por el descaro, la desvergüenza de personas sin valores que gozaron y compartieron el mando político, pero que a pesar de tener algún título académico se acostumbraron a vivir del erario público saltando de partidos, buscando un “hueso” sin importar traicionar a quienes les tuvieron la confianza, por lo que sufren al retornar a la condición de simples ciudadanos, porque ya no gozarán de los reflectores, de la buena vida, del poder que un día tuvieron. Ni ideales, ni leales, no reconocen compromisos con la ciudadanía, solo ven sus intereses Ahora doña Eneida se queja porque en la Cruz Roja tiene que administrar pobreza y no la riqueza, como lo hizo en cargos políticos, porque no acepta que esta es una institución de beneficencia pública donde no se administra la riqueza, que reclama personas verdaderamente altruistas. Es una realidad que los petroleros son los que más han apoyado a esta noble institución, pero por su ambición, doña Eneida cometió el error de preferir a otros gremios que le prometieron administrar abundancia y no pobreza, pero cuyos representantes para su desgracia, cayeron en prisión. Muchas gracias.
Be the first to comment