
Por Julio Escobar
Municipiosur.com
«Déjenos pasar, no nos detengan», clamaron dos ecuatorianos migrantes, padre e hija al llegar a Coatzacoalcos. Luis Fernando Oyagata Mendoza y su hija Corina Azucena Oyagata Gallego, salieron hace dos meses de Ecuador como miles de centroamericanos que sueñan con llegar a Estados Unidos. Son músicos, él toca la zampoña, queña y flauta de pan; su hija el violín y el ukelele. Llegaron a la Casa del Migrante Santa Faustina Kowalska en Ciudad Olmeca, ahí pasaron la noche. Luis Fernando narró su travesía, similar a la que diario viven los indocumentados cuando pasan parte de Centroamérica y México. Desde dar cien dólares por persona a los delincuentes o autoridades policiacas hasta agresiones. «Los policías en vez de ayudar te bajan para quitarte la poquita plata que llevas, a los haitianos les quitan más porque dicen que ellos traen dólares», sostuvo. Cansado de varios días trajinando, el ecuatoriano subrayó que migrar no es ilegal. «Nuestro Señor Jesús fue migrante, migrar no es ilegal, a las autoridades desde Panamá hasta México les decimos están mal porque nosotros simplemente estamos pasando, déjenos pasar solo eso pedimos y solo nos dejan entonces no nos quiten nuestro dinero porque es para comer, para el agua o para los bebés que se deshidratan», aseveró. Recordó que salieron de Ecuador víctimas de violencia por parte de bandas criminales que obligan a los jóvenes a ser parte de ellos y vender drogas. «Nosotros éramos un país muy tranquilo, hemos perdido muchas oportunidades, nos da miedo mandar a nuestros niños a los colegios, hemos tenido familiares que han pasado por eso, nosotros hemos logrado salir y emigrar», destacó. El migrante dijo que en este país han enfrentado secuestros y discriminación de las propias autoridades.
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