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Los peces que viven en la parte oscura de los océanos, por debajo de los 200 metros de profundidad, verán reducido su tamaño a causa del aumento en la temperatura del agua, lo que tendría importantes consecuencias.
Así lo dice un estudio por la Universidad de Viena (Austria) en el que ha participado el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona (España) y que publica hoy la revista ‘Proceedings of the Royal Society B’.
Para llevar a cabo este estudio, los biólogos marinos han recuperado otolitos -pequeñas estructuras del oído interno de los peces óseos que les permiten la captación de sonido e intervienen en su equilibrio- de formaciones geológicas de hace entre 700 y 800 mil años de la isla de Rodas, en el Egeo.
Luego los midieron para ver cómo había cambiado el tamaño de los peces en los periodos glaciares e interglaciares.
Según los autores, su tamaño refleja directamente el del ejemplar del que proceden, por lo que se usan para saber cómo eran los peces del pasado.
«Gracias al análisis de otolitos hemos descubierto que, durante los periodos interglaciares, con unos 4 °C más de lo habitual, los peces eran un 35 % más pequeños, y lo mismo sucederá ahora por culpa del aumento de temperatura de los mares y océanos», ha comentado la autora principal del estudio, Konstantina Agiadi, de la Universidad de Viena.
La investigadora del ICM-CSIC Marta Coll dijo que este es uno de los pocos trabajos que hasta ahora han revisado las consecuencias del cambio climático en la parte profunda de los océanos, la zona mesopelágica –que va de los 200 a los mil metros de profundidad, aproximadamente-.
Se enfocaron en los cambios que sufren durante el período interglacial los conocidos como «peces linterna», un grupo de pequeños peces mesopelágicos que tienen este nombre porque producen su propia luz, indica EFE.
«Conocer la respuesta de estos organismos al calentamiento oceánico es clave, ya que contribuyen a la estabilidad de los ecosistemas, reducen el dióxido de carbono atmosférico y son la base de la dieta de otros organismos de la red trófica marina», externó Coll.
«Estos peces -ha añadido la científica marina- representan unas 100 veces más que el total de las capturas pesqueras anuales mundiales».
Según Coll, los peces linterna ayudan mucho a la bomba biológica de carbono porque los organismos fitoplanctónicos absorben CO2 de la atmósfera mediante la fotosíntesis y cada noche estos peces se mueven cientos de metros hacia la superficie de los océanos para comer planctonpara luego volver a bajar, transportando grandes cantidades de carbono de la superficie hasta el lecho marino.
Con información de: El Imparcial
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