Taller sobre la democracia en medios de comunicación

Se Dice

Por Maquiavelo

Después de casi un año y medio en el poder el presidente López Obrador tomó la decisión de realizar un taller sobre la democracia en los medios de comunicación, es un complejo ejercicio que se realiza en períodos de exámenes en las aulas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Se requiere una complicada metodología de encuestas y la participación de analistas calificados sobre el trasfondo que existe en el manejo informativo.

Dicho ejercicio académico adjunta aspectos que se encuentran en favor o en contra en este caso de la democracia que realizan los diferentes medios de comunicación reconocidos e incluye a los columnistas más destacados.

El tabasqueño asegura que tomará todo un día en su realización. La experiencia sobre el mismo son los numerosos años que se pasó padeciendo el bloqueo y la crítica sistemática durante los cuatro últimos sexenios en el desarrollo de sus campañas electorales.

Conoce a la perfección quien estuvo durante todo ese largo período con el manejo plural e independiente de su línea editorial y quienes estaban subvencionados con la tarea de desprestigiar su tarea política durante los últimos 20 años.

La idea central es exhibir a la prensa escrita ya los medios audiovisuales durante ese período, enfatizando de manera puntual un balance positivo y lo negativo en su gestión como presidente de la República.

Los archivos del área de comunicación se guardan celosamente.
Durante ese taller van a sacar a relucir las partidas millonarias que recibían esos medios capitalinos y algunos de provincia para rendir tributo informativo al jefe de la Nación en funciones, sin importar el partido político que representaba.
Van a parecer los nombres y el monto de lo que recibían y lo grave es que será difundido a nivel nacional dando un peculiar sello de periodistas corruptos.
El imperio de la mentira y el silencio.

Lo mismo podía hacer el gobierno de Cuitláhuac García y de una manera clara y transparente señalar a los medios y columnistas que lo critican de manera permanente sin fundamento y en la mayoría de los casos sin ninguna fuente fidedigna; de paso dar a conocer las partidas de recursos públicos que gasta la Cámara de Diputados local a periódicos y revistas, que nadie sabe que existían y que sólo se trata de quedar bien el que coordina la bancada Juan Javier Gómez Cazarín y sobre todo los recomendados de
otros legisladores con sus amigos supuestos reporteros de órganos digitales que dan pena.

Como el Alarido de Chacaltianguis y el Ladrido de Tamiahua.
El gobierno de Fidel Herrera Beltrán permitió y fomentó la existencia de dichas publicaciones como un compromiso personal con algunos supuestos periodistas que no tenían trabajo y que de acuerdo a su imaginación creaban la ilusión de contar con este oficio que exige profesionalismo y ética informativa.

El que debe estar arrepentido es el exgobernador Javier Duarte de Ochoa que ninguno de los que suponían eran sus amigos periodistas los mantuvo en su nómina particular lo haya ido a visitar a la cárcel, ni siquiera su jefa de prensa Gina Domínguez que hiciera el negocio de su vida durante su paso en la Coordinación de Comunicación.