Sin el jefe, los priístas se desconciertan. Ya tuvieron su amarga experiencia cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo, marcó su sana distancia se armó el desmadre, porque Francisco Labastida y el líder nacional priísta Roberto Madrazo quisieron ser candidatos presidenciales.
La contienda entre los dos aspirantes fracturó al tricolor y tuvo que intervenir el hombre leyenda, el exgobernador de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios, para lograr que medio se compusieran, de allí que perdieron la hegemonía de varias décadas de tener el poder para dejar que Vicente Fox y Martita Sahagún manejaran a su antojo a la nación mexicana.
Al parecer los priístas no aprenden esa lección y en las próximas elecciones de junio del presente año, no tienen ninguna posibilidad de competir en contra de las candidaturas del PAN y de Morena.
Se recuerda la historia del pleito interno entre la maestra Elba Esther Gordillo y Madrazo como dirigente y candidato presidencial que llevaron al PRI a un tercer lugar, lo mismo que les ocurrió el año pasado.
En esta ocasión los dos grupos están bien definidos, el de José Narro con el apoyo abierto de Manlio Fabio Beltrones, Carlos Salinas de Gortari y Miguel Osorio Chong y por el otro lado Alejandro Moreno, gobernador de Campeche que es bien visto por el presidente López Obrador y que cuenta con la mayoría de los actuales gobernadores del PRI.
Lo que más inquieta a los auténticos priístas de hueso tricolor es que esta nueva fractura que se avecina, amenaza en convertirlo en partido chiquito y con una gran debilidad en el poder legislativo, lo más seguro es que sean absorbidos por la nueva hegemonía de Morena.
En lo único que coinciden Narro y Moreno es que el PRI tiene que ser de la izquierda progresista.
El último recuerdo de fuerza priísta en el Estado de Veracruz se concentra en la persona de Fidel Herrera Beltrán. El famoso “tío Fide” que bautizara Hernández Ochoa, es él, quien conserva la figura del liderato que se perdiera con Javier Duarte y la derrota con su mayor enemigo, Miguel Ángel Yunes Linares.
La ausencia del Tío de la entidad, por motivos personales, agudiza el achicamiento de dicho instituto político.
Esta obligado AMLO a revelar los nombres
La unidad oficial de Transparencia obliga y exige al presidente López Obrador a dar los nombres de los medios y periodistas nacionales que recibían los embutes millonarios del presidente Peña Nieto. No se puede negar y tiene un plazo de sólo 20 días para dar respuesta a este requerimiento.
Es un problema serio del gobierno federal ya que será un enfrentamiento en contra de los poderosos órganos informativos que fueron consentidos por los gobiernos neoliberales.
Los conductores de radio y televisión así como columnistas de medios impresos son figuras bastante conocidas que van a ser exhibidas.