LA ÚLTIMA HISTORIA DE AMOR

Gabriel García-Márquez

Lo que parecía una noticia irrelevante, al paso de los días se ha convertido en tema de conversación. Tal parecía que a nadie le interesaba la separación o infidelidad de un expresidente; sin embargo, la sorpresa fue que, al captar a Enrique Peña Nieto en Europa acompañado de una famosa modelo mexicana, se colocó el tema en las portadas de los diarios.
Aquí la importancia no radica en el divorcio entre el expresidente Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera, eso en el fondo a nadie le interesa; pero lo que sí es grave para los mexicanos es que se hayan casado para hacer un negocio en el cual con un amor sexenal salieron beneficiados ambos.
A estas alturas ninguno se puede decir engañado, porque los dos sabían en lo que se estaban metiendo y con qué fin lo hacían. Fue una gran estrategia de manipulación a través de los medios, para lograr un acercamiento con un público que no estaba tan convencido con la investidura de Peña Nieto.
Hubo intercambio de favores y los dos salieron ampliamente beneficiados con el dinero del pueblo que los llevó a vivir a Los Pinos. No cabe duda que la estrategia de mercadotecnia fue excelente, los objetivos se lograron, se posicionó la imagen del presidente que en ese entonces no estaba del todo bien, al menos los primeros años de su gobierno.
La ruptura y la infidelidad han propiciado una serie de memes que hacen reír a todos en las redes sociales, pero es momento de reflexionar y no dejarse influenciar por las parejas de moda, porque al final todo tiene un costo y ese precio lo pagamos todos. Basten como ejemplos el matrimonio del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco y su esposa Anahi; Omar Fayad y Victoria Ruffo, aunque estos últimos hayan llegado a la gubernatura casados con antelación a asumir la gubernatura de Hidalgo. Antes ya habían puesto el ejemplo Marcelo Ebrard y la actriz Mariagna Prats, cuando era Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Hace apenas unos meses Enrique y Angélica lo negaron todo, dijeron que estaban más enamorados que nunca, pero ahora resulta que el expresidente se deja ver con la modelo Tania Ruiz, lo que propicia que la ex primera dama Angélica Rivera conteste en Instagram que pedirá el divorcio a su cónyuge, al príncipe azul de quien estaba hace apenas unos meses perdidamente enamorada.
Así termina una historia de novela, donde una Gaviota tiene que volar a otros cielos, para evitar ser asediada por los medios y poder comenzar una nueva vida, por el bien de sus hijos. Más pronto de lo que imaginamos, la actriz volverá a las pantallas, seguramente en una serie de Netflix donde tratará de recuperar la carrera que nunca debió haber abandonado.
Por cierto, esta fue la última historia de amor que se escenificó en Los Pinos, convertidos hoy en un museo abierto a todo público, donde las quinceañeras van a tomarse la foto, para sentirse princesas como hace unos años se sintió Angélica Rivera, hoy plebeya de nueva cuenta.
Se acabó el sexenio y se extinguió la llama del amor, pero no hay por qué derramar ninguna lágrima, porque seguramente ese era el trato.