Lo inútil del voto útil

Gabriel García-Márquez

El concepto de voto útil nació con la idea, no de elegir al mejor candidato, sino de no dejar llegar al que encabeza las preferencias en las encuestas, por representar ideas que van en contra de la estabilidad del país o que son la continuidad del gobierno en el poder. En esta ocasión el punto es evitar que llegue un gobernante que amenaza con llevar al país hacia el populismo, que tanto daño ha generado en los países de América Latina.

Luego de la idea de ejercer el voto nulo, en el 2012 apareció el voto útil, que hoy de nueva cuenta empieza a sonar mucho con la firme intención de no dejar llegar al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien aparentemente ha conquistado las voluntades de muchos que lo ven como el salvador de México.

En esta contienda el voto útil sería entregado al candidato que en la recta final ocupe el segundo lugar en las preferencias. Todo parece indicar que de no echar mano del voto útil difícilmente podría algún candidato ganarle a López Obrador.

Sin embargo, el grado de rechazo por esta corriente es grande en distintos puntos del país y puede darse la sorpresa de que al ejercer el electorado el voto útil, votando por el segundo lugar, pueda darse la sorpresa de que AMLO se vuelva a quedar en el ya merito.

La otra alternativa es el ejercicio del llamado voto cruzado, que podría también ser una especie de voto de castigo en algunos estados, donde la gente ya está cansada de lo mismo, pero que no quiere entregarle el poder a un solo partido.

EL VOTO DIFERENCIADO

El voto cruzado se vislumbra en muchos distritos, donde se podría diferenciar el voto, aun cuando en las zonas rurales sigue predominando la costumbre del carro completo. La idea es maniatar un poco al presidente electo o al gobernador, no darles todo el poder, sino poner un dispositivo de control a través de los diputados o incluso de los senadores.

Efectivamente, la única manera de que López Obrador no llegue a la presidencia es que los llamados indecisos y quienes apoyan a los candidatos rezagados, votaran por el segundo lugar; sin embargo, no es fácil tomar esta decisión, toda vez que las encuestas no han sido consistentes y no sabemos a ciencia cierta todavía quien es el candidato que está en segundo sitio, porque para algunos es Ricardo Anaya y para otros es José Antonio Meade.

Que quede claro que con el voto útil sí se podría derrotar a AMLO, no así con el voto nulo, que sería como validar de antemano el triunfo del candidato de Morena.

De manera que por el momento el voto útil no garantiza la derrota de López Obrador, a menos que los priistas decidieran votar por Ricardo Anaya a cambio de dar el triunfo a los diputados priistas o sus aliados.

EL VOTO DE LA RAZÓN

Así que a estas alturas el voto útil todavía no significa nada, toda vez que no sabemos a ciencia cierta quién está en segundo lugar de las preferencias. La mayoría de las encuestas han sido poco serias y no hay una certeza de que estén diciendo la verdad a los electores.

Sin embargo, no hay que olvidar que la mejor manera de ejercer el voto es eligiendo al candidato que garantice el crecimiento, la paz social y un buen gobierno para nuestro país. Lo cierto es que no hay voto más útil que el sufragio que los electores emitirán en las urnas el primero de julio, movidos por la emoción, pero también por la razón.