Captan una inquietante señal emitida por la Tierra

Científicos han grabado el «lamento» procedente del choque entre el campo magnético terrestre y el viento solar impulsado por una tormenta

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Agencias

Las sondas Voyager, lanzadas a finales de los setenta, pudieron explorar con detalle los planetas gigantes gaseosos en el sistema solar exterior. Allí pudieron estudiar la interacción entre el potente campo magnético de estos planetas y el viento solar, capaz de crear anillos de radiación en torno a estos planetas. Una forma de hacerlo fue ponerle sonido a estas distorsiones, tal como hizo el equipo del investigador Don Gurnett, de la NASA . El resultado fue una extraña colección de zumbidos, silbidos y sonidos más o menos rítmicos; una auténtica canción emitida por Saturno y Júpiter.

La Tierra también emite su propia canción. Un equipo de investigadores de la Universidad de Helsinki, Finlandia, ha captado la inquietante señal emitida por el campo magnético de la Tierra bajo el azote inmisericorde de una tormenta solar. Con el objetivo de estudiar este fenómeno, los investigadores tradujeron esta señal a sonidos. Todos los resultados del estudio, que ha sido dirigida por la investigadora Lucile Turc, se han publicado esta misma semana en Geophysical Research Letters .

Se puede decir que el Sol es la piedra filosofal de muchos físicos. Es un gigantesco y perfecto reactor de fusión que se mantiene en un equilibrio constante entre la irresistible gravedad de su masa y su irresistible necesidad de expandirse y de liberar energía. Su piel bulle recorrida por innumerables células convectivas, está rodeado por una increíble corona y las líneas de su campo magnético generan arcos en su superficie que se mueven y que se parten, cuando la tensión es excesiva.

Por eso, entre otras cosas, en ocasiones su superficie experimenta llamaradas y erupciones: liberan al espacio enormes cantidades de masa y en ocasiones multiplican el flujo de viento solar, un torrente supersónico de partículas cargadas y aceleradas por la corona solar. Estas bombardean el campo magnético terrestre, que se extiende miles de kilómetros por encima de la superficie del planeta.

El choque entre el Sol y la Tierra
El estudio que se acaba de publicar se centra en comprender la pugna entre la energía procedente de la Tierra y la del Sol, justo en la zona donde nuestro planeta comienza a ejercer su influencia magnética en el espacio. Gracias a datos de la misión Cluster, una constelación de cuatro satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), y a simulaciones numéricas, los investigadores han observado que el tono de las «ondas de choque» resultantes sube, que su variabilidad se incrementa y que su estructura se rompe durante las tormentas solares. El efecto resultante puede percibirse cuando las ondas se traducen en sonido, tal como se puede apreciar sobre estas líneas.